regalazo de fin de año de Paz Garde
En la gran mayoría de las situaciones de nuestra vida nos guiamos por el siguiente esquema de actuación:
- Recibimos un estímulo externo
- Interpretamos dicho estímulo
- Decidimos qué hacer.
- Llevamos a cabo una conducta concreta. Es lo que hacemos después de haber valorado las alternativas y las posibles consecuencias de nuestros actos
Pero no siempre seguimos este esquema tan razonable. Existen parámetros que influyen en nuestro comportamiento.
El primero son los filtros que cada uno de nosotros utilizamos para percibir nuestro entorno. Percibimos el mundo después que nuestra subjetividad filtra la realidad. Dos personas entenderán un mismo estímulo de manera diferente porque sus filtros les permitirán ver cosas diferentes. Recuerda que el mapa no es el territorio.
El segundo son las emociones. Cuando nuestros sentimientos son tan fuertes que no nos permiten pensar, estamos como borrachos. En este estado nos resulta imposible valorar todas las alternativas y nuestra conducta es el resultado de un momento de locura transitoria.
Os invito a ver este video para analizar con un ejemplo estos cuatro pasos:
1: El estímulo externo: La bola está en el rough, lo que en principio supone perder un golpe.
2: La interpretación: La interpretación de Bagger Vance es “una vez más las dificultades me llevan al fracaso”.
3: La Decisión: ¿Quiere usted otro palo? Es una forma de preguntar ¿has valorado todas las alternativas posibles?. El caddy le lleva a darse cuenta de que hay una interpretación más positiva de su situación y de que existen otras alternativas.
4: Llevamos a cabo una conducta en concreto: Bagger Vance golpea la pelota; un golpe perfecto. Esta vez su cerebro está enfocado en encontrar soluciones para lograr sus objetivos.
En resumen, yo diría que, antes de llevar a cabo una conducta, deberíamos:
- Tener presente que cuando estás recibiendo un estímulo externo tu cerebro está aplicando un proceso de selección inconsciente. Es posible que mucha información te esté pasando inadvertida.
- Clasificar los objetivos y decidir llevar a cabo conductas que nos acerquen a lo que deseamos.
- Analizar nuestras emociones y decidir si queremos cambiar de emoción antes de tomar una decisión o si, por el contrario, la emoción que estamos sintiendo nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos.